“BUSCANDO A DORY”: BUENA, PERO MENOS QUE MÁS



Al fin llegó la tan esperada secuela de “Buscando a Nemo”, que se centra en el personaje de la simpática y olvidadiza pez cirujano que acompaña a Marlín en su odisea para encontrar a su hijo. En esta segunda parte se nos permite conocer más a fondo sobre las raíces de Dory cuando ella emprende un viaje para encontrar a sus padres. Por supuesto, estaba emocionado ante esta nueva propuesta de Pixar y el hecho de que Andrew Stanton estuviera nuevamente en la silla del director alimentó mi fe sobre este film animado. Ahora que la vi, puedo decir que “Buscando a Dory” es una buena película, pero definitivamente es menos que más.

Desde el principio no pude evitar caer en mi vicio de siempre: comparar la secuela con la entrega anterior. Ya sé que es una pésima manera de empezar una reseña si de entrada vamos a lo subjetivo, pero creo que es menester entender el contexto no solo de la película, sino también de la opinión que están a punto de leer.



Si trazamos una línea de tiempo desde “Toy Story” (1995) a “Finding Dory” (2016), aparte de encontrarnos con unas joyas del cine de animación, también podremos apreciar la evolución de Pixar a través de los años, y es más que evidente que en sus inicios siempre fue fiel a la visión adulta de sus historias, donde el imperio de la imaginación nunca cerraba el paso al plano de lo posible. Más adelante esto iría cambiando al presentar progresivamente personajes cada vez más caricaturescos y situaciones hilarantes  donde el absurdo le ha ido ganando la pulseada a la seriedad. Esto puede caer incómodo a los que crecimos con las primeras películas de Pixar y luego nos encontramos con que las continuaciones de nuestras historias favoritas se alejan bastante de lo que vimos en primer lugar, y todo por satisfacer al target principal del público objetivo: los más pequeños.

Por supuesto esto no es una queja, pero debo decir que aunque “Buscando a Dory” es una película bastante entretenida, salí de la sala de cine con la sensación de que le faltó algo para que me guste por completo; así que mi veredicto inicial es que la secuela (nuevamente) ni siquiera ha alcanzado la madurez narrativa de la primera entrega.



Primero que nada la introducción fue muy rápida, una cualidad (por no decir defecto, eso suena muy personal) que se ha vuelto común en la mayoría de las secuelas animadas. Y no, no es que haya nada malo con una introducción dinámica, pero aun cuando ya conocemos a los principales personajes de la historia, esta característica dificulta el desarrollo de una conexión real con los mismos. Lógico, uno esperaría que a medida que la película avanza ese inconveniente sea superado, o al menos, reducido a su mínima expresión. Y en ese sentido “Buscando a Dory” es inferior a su predecesora; porque al igual que en “Buscando a Nemo”, se suceden varias situaciones, el clásico recurso de “una cosa lleva a la otra”; pero la primera, de alguna forma, supo distribuir bien el espacio para cada personaje y situación. Así tuvimos tiempo suficiente de conocer a profundidad a Marlín, a Dory, a Nemo, a los demás miembros de la pecera del dentista, etc. Y eso que la primera entrega tenía un reparto coral más numeroso. “Buscando a Dory” no es un total fracaso, como dije, logra reducir eso a su mínima expresión, pero definitivamente no alcanza el nivel de la primera en ese aspecto.

En segundo lugar, el tono también es diferente, pero esto posee mayor lógica. “Buscando a Nemo” era más seria, y quizás no se deba simplemente a la época en la que fue concebida, sino también a que Marlín y Nemo son, en cierta medida, personajes trágicos. Dory, en cambio, es mucho más alegre y explosiva, por lo que se abre el debate de si la trama hubiera funcionado igual con el mismo tono de la predecesora. En lo personal diré que no me desagradó (créanme, hice un esfuerzo por mantener una mente abierta), pero definitivamente no me pude tragar del todo el ver a los clásicos personajes de mi infancia desenvolverse en situaciones mucho más inverosímiles y que contrastan bastante con lo que vi de pequeño. Quisiera explayarme mejor en este punto, lo haría con ejemplos si pudiera, pero no pienso caer en el spoiler; solamente diré que “Buscando a Dory” se parece más a “Vecinos invasores” de Dreamworks que a “Buscando a Nemo” propiamente dicha.



Ahora, a pesar de haber transcurrido 13 años entre ambas películas, el argumento de “Buscando a Dory” se sitúa a tan solo un año de los eventos transcurridos en el primer largometraje, lo que nos permite volver a ver a varios personajes de la primera entrega (obviamente, no a todos). Esto ha sido una alegría y una decepción al mismo tiempo, y supongo que será diferente para cada espectador ya que cada quien tiene su propia lista de personajes favoritos desde la primera película.

Pido perdón por ser tan subjetivo, pero la película de por sí es algo superficial y es difícil darle la espalda a los recuerdos de la niñez, no puedo asumir la culpa, debo haber envejecido (¡madurado jamás!). Además, cualquier secuela tiene siempre la desventaja de jugar el partido de ajedrez con las piezas negras, cuando ya la gente se formado una idea con la primera película y esperan que ésta sea continuada. Para explicar mejor este punto, tenemos el ejemplo de Jurassic Park, dueño de esa cualidad que sólo posee la primera entrega y que ninguna secuela puede imitar: el factor sorpresa, cuando el público no tenía ni idea de cómo sería el parque, o los dinosaurios. “Buscando a Nemo” tenía la extensa travesía de Marlín por el océano, un elemento muy minimizado en “Buscando a Dory”, y quizás eso también haya influenciado mi postura.

(Y otra circunstancia que seguramente también influyó en mi postura fue el bebé llorón que estuvo molestando el 70% de la película y sus padres que no fueron capaces de retirarse de la sala. Me encanta cuando los adultos ven películas para niños pero el cine no es lugar para bebés, un poco de sentido común, por favor).


Para terminar, debo decir que la mejor secuela de Pixar sigue siendo "Toy Story 2", veremos si "The Incredibles 2" (que ansias de verla ya, ¡maldito hype!) logra finalmente sacarle el puesto. Ahí estaré para emitir mi opinión, pero mientras tanto, "Buscando a Dory" no está mal tampoco.

¿Mala película? De ninguna manera. ¿Entretenida? Mucho. ¿Emotiva? Casi derramé algunas lágrimas. ¿Recomendada? Claro que sí, pero con la advertencia de que posiblemente no generará el mismo impacto que la primera entrega. Si lo que buscan es precisamente algo diferente entonces no habrá inconvenientes, pero si se aferran demasiado al pasado es probable que les pase lo que a mí. No obstante, más allá de mis palabras, sé que lo van a disfrutar de todos modos cuando la vean.



































FICHA TÉCNICA

Dirección: Andrew Stanton
Género: animación, comedia
Producción: John Lasseter
Guión: Andrew Stanton
Historia: Andrew Stanton, Bob Peterson
Música: Thomas Newman
Voces:
Ellen Degeneres
Albert Brooks
Hayden Rolance
Diane Keaton
Eugene Levy
Ed O’neill
País: Estados Unidos
Año: 2016
Productora: Pixar
Distribuidora: Walt Disney Studios Motion Pictures

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