“INTENSAMENTE”, CADA EMOCIÓN EN SU LUGAR

Los que me conocen saben que tenía sobradas razones para no perderme esta película. La primera de ellas es que amo las películas de Pixar, aun cuando en sus últimas producciones vengan caminando por la cuerda floja. La segunda es, que como autor de una novela que también se involucra con la psicología no podía perderme la oportunidad de apreciar otro enfoque sobre un tema tan universal como los viajes en el tiempo o los pactos con criaturas demoniacas; y la verdad es que desde el “Ulises” de Joyce a la deslumbrante arquitectura surrealista de Dalí, pasando por los desconcertantes caminos de “Mr. Nobody” y la soberbia “Inception” de Christopher Nolan; me atrevo a pronosticar la inminente llegada de muchas más historias que quieran explorar el universo interior conocido como “la mente humana”.



Ergo, la misma propuesta de la mano del director de dos grandes maquinarias como lo son “Monsters.Inc” y “Up” resulta atractiva para cualquiera, y la verdad es que “IntensaMente” ha alcanzado su meta de manera satisfactoria superando desafíos bastante intimidantes como lo son explicar de manera sencilla el proceso de abstracción o el complejo mecanismo de la memoria.

Pero más allá de la función didáctica que estoy seguro será del goce de muchos niños y adultos, tenemos todavía un logro mayor, en donde la historia nos enseña que cada emoción es importante, cada una tiene una razón de ser, incluso las emociones negativas que en ocasiones parecen no servir para otra cosa que ocasionar problemas. Pixar ha logrado consolidar esta moraleja con el simple argumento de la travesía que realizan Alegría y Tristeza con el fin de regresar al Cuartel General de la mente de Riley antes que las demás emociones terminen por ocasionar el colapso de la armonía emocional de la niña; y es aquí donde la primera (predominante en la vida del personaje), aprende a comprender y valorar la importancia de la segunda (con frecuencia dejada de lado); derrumbando de esta manera el mito de que está mal darle su espacio a las emociones negativas.

Ahora, adentrándonos en el campo cinematográfico la película tiene sus altas y bajas. Fundamentándose principalmente en el arte conceptual para exponer los escenarios mentales expuestos en la película –y que han resultado todo un deleite para la vista–; la historia se presenta bastante tímida, lo que quizás en más de uno genere cierta sensación de superficialidad debido a la supremacía de personajes planos (en ese sentido, la temática juega un poco en contra) y a un guion que en un principio se muestra un poco artificial. Por otra parte, la música opta por no sobresalir en demasía, adquiriendo un carácter minimalista y relevando al contenido visual la responsabilidad de sorprender al espectador; hecho que yo personalmente podría calificar como coherente.

Decantándome exclusivamente por lo subjetivo puedo decir que me ha gustado mucho, pero no la considero al mismo nivel que otros gigantes del estudio como “Wall-e” o “The Incredibles”. No obstante, de malo tiene muy poco; la mayor parte de lo que vi me gustó, me siento motivado a recomendarla y espero que quien la vea llegue a disfrutarla tanto como yo.


Creativa, simpática y moralista, “IntensaMente” se lleva un merecido aplauso de mi parte.

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